¿a dónde se van las morusas que sacudo de mis manos?
a dónde se van las fibras de goma que borran tus palabras de mi mente?
¿en dónde acaban las mechas quemadas de las velas encendidas como plegarias?
quizás en el mismo lugar que los segundos en las manecillas de un reloj sin cuerda
haciendo el mismo sonido que un suspiro esfumandose en la noche
olvidado, olvidado, olvidado